Cómo desalar el bacalao
Técnicas para desalar el
bacalao
El proceso de desalado
requiere de tiempo y hay innumerables técnicas. Todos los cocineros tienen la
suya, y de todas ellas pongo algunas para que toméis la que mejor os parezca:
Para desalar el bacalao se
debe colocar en remojo 24 horas en un recipiente con agua, siempre con la parte
de la piel hacia arriba. Cambiar el agua dos o tres veces al día. Si el bacalao
es muy grueso o muy seco, es conveniente hacerle un cuarto cambio de agua y dejarlo
unas horas más. Si el pescado esta en filetes se deja la mitad de tiempo.
También se puede pasar el bacalao previamente por un chorro de agua
fría y hervir en leche, para desalar más rápidamente.
Otra opción es poner el
bacalao en un recipiente cubierto totalmente de agua, y dejar en el frigorífico
como mínimo 4 días, sin cambiar el agua. De esta manera el pescado se hincha, y
luego se retira para dejarlo otras 24 horas fuera de la nevera, cambiándole el agua 3 o 4 veces
"Una vez desalado, el
bacalao conserva todas sus propiedades y permite ser preparado de muy diversas
formas."
Se puede desalar el bacalao
dejándolo toda la noche en leche y luego pasarlo dos veces por agua
Otra técnica es cortar el
bacalao en trozos o filetes y ponerlos en un colador, que a su vez se meterá en
una gran cazuela con agua para que así
los trozos no descansen en el fondo de la misma, que es adonde va a parar toda
la sal.
Al comprarlo, es
conveniente evitar los trozos que sean demasiado amarillos o demasiado blancos,
ya que esto podría indicar que ha sufrido un lavado sódico.
El adobo
Elaborar un adobo para
carnes o pescado
Ingredientes:
-4 dientes de ajo
-200 ml de vinagre
-Pimentón
-Orégano
-Una pizca de sal
- un chorrito de aceite de
oliva si es carne
Elaboración:
Hacemos un majado con el
ajo, un puñado de sal, el orégano y el pimentón. Cortamos el pescado en
rodajas, la carne puede ir la pieza entera pero es mejor cortarla, las
colocamos en una fuente y las embadurnamos con el majado junto con el vinagre.
Dejamos macerar unas ocho
horas en el frigorífico, dejando que se impregne bien el pescado o la carne
en el adobo, y ya lo tenemos listo para
preparar como más nos guste.
Receta elaborada con el
menaje de hostelería y cocina de la fábrica Supreminox en Vilassar de Mar
(Barcelona).
Conservas caseras
Conservas caseras
Preparar conservas caseras
es una manera muy fácil y sana de consumir alimentos fuera de temporada. En
este blog os mostraremos cómo hacer conservas caseras de una forma sencilla.
Las conservas hechas en
casa permiten mantener muchas de las vitaminas, proteínas y nutrientes de los
alimentos. Algunas vitaminas se pierden, pero se conservan muchas otras y los
jugos de cocción conservan las sales minerales de las verduras y frutas.
En su origen, las conservas
fueron una forma de prolongar la vida útil de los alimentos, que no siempre
estaban disponibles. El primer conservante natural fue el frio. En el
Neolítico, los humanos aprendieron que la parte más fresca de las cuevas era el
mejor sitio para almacenar la comida. Más tarde se descubrió el ahumado y el secado
de alimentos con el sol y el aire. El siguiente paso fue la salación.
Pero el gran desarrollo de
la industria y la técnica de las conservas se dieron con el descubrimiento de
la esterilización o “pasteurización” en 1863 por Louis Pasteur.
A pesar de todos los
avances en la higiene, hoy en día sigue siendo muy importante tomar una serie
de precauciones en la elaboración de las conservas caseras.
Recipiente: lo ideal es
utilizar un tarro de cristal. No hay problema en reutilizar los tarros de
aceitunas, tomate, mermelada… Pero no es aconsejable reutilizar las tapas. Hay
que asegurarse de que estén en buen estado, sin óxido ni golpes ni restos de
humedad. Lo mejor en todo caso es comprar unas nuevas. Antes de utilizar tanto
botes como tapas, es imprescindible esterilizarlos, por ejemplo hirviéndolos
durante 15 minutos, y escurrirlos teniendo cuidado de no tocar el interior.
Es aconsejable no llenar
del todo los tarros, dejar unos dos centímetros para que el alimento pueda
expandirse en su interior tras la cocción.
Los tarros se cierran con
cuidado, con la ayuda de un paño para lograr más presión, y se ponen al baño
maría, cuidando que el agua no llegue hasta la tapa. El tiempo que dejaremos
hervir los tarros dependerá del producto.
Los alimentos a conservar deben
estar suficientemente maduros (aunque con la fruta es mejor que no sea muy
madura) y deben de ser de temporada para aprovechar mejor sus cualidades.
Cuando termina la cocción,
dejar enfriar los tarros en la olla. Una vez fríos, comprobaremos con la mano
que estén cerrados herméticamente. Si alguno pierde líquido o queda abierto, es
mejor tirarlo.
Antes de almacenarlos, hay
que etiquetarlos siempre con la fecha de elaboración.
Las conservas hay que
guardarlas en un lugar sin luz, fresco y ventilado.
Las conservas caseras se
deben consumir antes de un año.
Con los tiempos de crisis
en los que estamos es bueno realizar esta clase de productos, en casa lo
hacemos mucho con los productos de la huerta.
Todos mis trucos y recetas,
las elaboro con los utensilios y el menaje de hostelería de la fábrica
Supreminox en Vilassar de Mar en (Barcelona).
El mejor bizcocho
La cocción de los bizcochos
Por lo general la mayoría
de los bizcochos, exceptuando los de tipo plancha para brazo de gitano que se
cuecen en el tercio inferior del horno, deberíamos de situarlos tan cerca de la
parte central del horno como nos sea posible.
Su temperatura ideal y que
no deberíamos de superar es entre 170 y 180 grados centígrados. Y siempre mejor
depositando el molde encima de una rejilla que encima de una bandeja ya que así
el calor se propaga mucho mejor.
Para comprobar si nuestro
bizcocho ya está cocido deberemos de pincharlo con una brocheta de madera o una
aguja de tejer fina, si no sale masa pegada a ella es que nuestro bizcocho está
cocido. Eso sí, no debéis de abrir el horno hasta que no haya pasado tres
cuartos del tiempo total de horneado ya que si no corréis el riesgo de que el
bizcocho se desinfle.
Aquellas recetas en donde
nos pida una cocción de más de cuarenta minutos necesitaremos tapar nuestro
bizcocho con un trozo de papel de aluminio engrasado ligeramente para evitar
que se queme en la superficie. Al igual que antes no abrir el horno antes de que
se haya pasado dos terceras partes del tiempo de cocción.
Blanquear verduras
Blanquear verduras:
Blanquear es ablandar
ligeramente un alimento antes de cocinarlo. Es una técnica muy útil que
facilita y ahorra tiempo en algunas preparaciones de cocina. Se blanquea
verduras antes de un salteado, cuando las vamos a utilizar para ensaladas, si
se desea eliminar el exceso de sabor como en las berzas asturianas, etc.
El blanqueado se hace hirviendo
en agua los alimentos durante un corto tiempo, o al vapor unos minutos.
Elaboración:
Poner a hervir agua
ligeramente salada en una cacerola amplia, cuando esté a punto de hervir
introducir las verduras, remover y dejar cocer de 2 a 4 minutos, según verdura
y tamaño. Escurrir y poner en agua con hielos, esto evitará seguir la cocción y
mantiene en las verduras su bonito color.
La fotografía muestra
blanqueado de judías, de este mismo modo se blanquean calabacín, repollo
lombarda, grelos, ajos, etc.
Todas mis recetas están
elaboradas con el menaje de hostelería y cocina de la fábrica Supreminox.
4 comentarios:
te agradezco mucho toda ésta información, te envío un abrazo desde mi Bogotá-Colombia.
Encantado Martha y te animo a seguirme en el cuadro de folloers de google , y a compartir mi blog por esas tierras maravillosas de Colombia .
Unos consejos muy interesantes, la verdad. Saludos Pedro.
Muchas gracias Montse , y gracias por seguir mi blog.
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